domingo, 19 de septiembre de 2010

Entrevista A LUCIANA AYMAR


–¿Qué se siente al despertarte campeona del mundo?
–Una felicidad increíble… y merecida. No tengo dudas de que ninguna selección, de ningún deporte argentino, se preparó tanto como lo hicimos nosotras. Por eso siento que éste fue un premio al talento y al esfuerzo.
–A vos se te dio todo: el título, ser elegida la mejor del torneo, y todo acá, en tu ciudad.
–Deseaba tanto ganar esta Copa acá, con mis familiares, mis amigos y mi gente, que todavía no pude parar de llorar. Nunca en mi vida imaginé que en la puerta del hotel, durante diez días, más de cien personas nos iban a estar esperando para darnos su apoyo. ¡Y las tribunas…! ¡Llenas en todos los partidos!
–Finalmente no estuvo Maradona en las tribunas para alentarlas.
–No, iba a venir a la final, pero es tan cabulero que no quiso arriesgarse. Todos los partidos los vio en su casa, y me dijo que de ahí no se iba a mover en la final. Pero te cuento un secreto: una de las cábalas previas a cada partido era el mensajito de aliento que me mandaba desde su celu. ¡Si no llegaban las palabras de Diego, no salíamos a la cancha!
–Ahora que se terminó el Mundial, ¿cómo sigue tu vida?
–Quiero descansar. Durante estos años fue tanta la presión, que si no hago un stop voy a terminar quemada. Le tengo que dar un descanso al cuerpo, y también a mi cabeza. ¡Por favor, déjenme disfrutar un poco!

¿Seguís pensando que la final contra Holanda fue tu último partido en la selección?
–Hoy, después de todo lo que viví, no lo sé… Me voy a ir a Buenos Aires para cumplir con varios compromisos que tengo, y después tomaré unas laaargas vacaciones. Tengo ganas de hacer otras cosas.

–¿Como cuáles?
–Volver a hacer un programa en televisión, algo que me gusta y mucho. También quiero estudiar teatro, una deuda pendiente. Ser actriz es un deseo que tengo desde chica, postergado por el hockey.



sábado, 18 de septiembre de 2010

"Es el equipo del pueblo"

Carlos Retegui contó sus sensaciones a menos de 24 horas del título del mundo. Explicó que fue clave la confianza y que Aymar tendrá libertad para entrenarse si desea retirarse después de los Juegos Olímpicos de Londres.
RELAJADO. En lugar de una conferencia de prensa, hubo charla de café con los periodistas. (Clarín.com)Ampliar




"Nosotros le ganamos a Holanda antes de jugar el partido. Se lo ganamos en la Rabo Trophy, cuando después de ser goleados le ganamos 3-0. Ahí le empezamos a ganar el Mundial, porque le movimos los cimientos. El equipo tuvo un clic y ellas empezaron a respetarnos. Pero ahora que sos campeón del mundo no te la creas porque ellas le van a encontrar la vuelta a lo que hicimos. Hay que estar tranquilos y a entrenar más duro"


Explica que este trabajo empezó desde enero, que se entrenó con "cantidad, calidad e intensidad, con doble o triple turno, 84 piletas con pesas con las chicas vestidas con jean y buzo, con perseverancia, con hockey, con convicción y con confianza". Esta última fue una de las claves de este equipo campeón. Porque el cuerpo técnico decidió hacer ese "pacto" y evitar reglas, para que ellas se sintieran cómodas y pudieran dar todo adentro de la cancha. "Hicimos una charla previa al Mundial, porque había que saber manejar a la prensa, a la familia y a la gente. Tuvimos una charla en la ultima concentración acá en el restaurant del hotel, en el primer piso, para preguntarles "¿cómo nos vamos a manejar?". Y nos fuimos de acá con un pacto pero cuando volvimos igual cambiamos cosas, porque si a ellas les hacía bien, por ejemplo, hablar antes del partido con un familiar cómo no las vamos a dejar. Entonces, pese a ese pacto inicial, cambiamos las cosas, como dejar el celular prendido hasta el vestuario, para ir acomodándose al sentido común, para que disfruten y dejen la vida en cada pelota", repasa Retegui, en un recuerdo de lo que implicó todo el tiempo que pasó hasta que se llegó a este título.


Las Leonas, campeonas y solidarias



Colaboraron con la campaña "Con muy poco podés hacer feliz a un chico" del Hospital Garraham, que recicla tapitas para ayudar a la Fundación.


Luego de la victoria del sábado en el partido contra Holanda, Las Leonas quisieron poner su granito de arena para la campaña "Con muy poco podés hacer feliz a un chico", donde a través de sus programas de reciclado, la Fundación Hospital de Pediatría Garrahan se propone contribuir a la protección del medio ambiente, alentando hábitos adecuados para su defensa permanente.

Asimismo, en el partido de rugby del mismo día en el que se enfrentaron los clubes SIC y Alumni, los jugadores salieron a la cancha con las tapitas en la nariz apoyando a la Fundación.

La misión de la fundación es alentar en todos los aspectos el desarrollo del Hospital de Pediatría Prof. Dr. Juan P. Garrahan. El cumplimiento de su misión se realiza a través de distintos programas que articulan la participación comunitaria y tienen además de un beneficio económico y social, una clara contribución a la protección del medio ambiente, la creación de una cultura solidaria que enriquece a partir de la creación de valores y la promoción de una verdadera responsabilidad ciudadana.

"Nuestra Fundación desea expresar su sincero reconocimiento a todos aquellos que generosamente se integraron en un proyecto que constituye un modelo ejemplar de participación comunitaria", expresó con satisfacción el Doctor Matera.