"Nosotros le ganamos a Holanda antes de jugar el partido. Se lo ganamos en la Rabo Trophy, cuando después de ser goleados le ganamos 3-0. Ahí le empezamos a ganar el Mundial, porque le movimos los cimientos. El equipo tuvo un clic y ellas empezaron a respetarnos. Pero ahora que sos campeón del mundo no te la creas porque ellas le van a encontrar la vuelta a lo que hicimos. Hay que estar tranquilos y a entrenar más duro"
Explica que este trabajo empezó desde enero, que se entrenó con "cantidad, calidad e intensidad, con doble o triple turno, 84 piletas con pesas con las chicas vestidas con jean y buzo, con perseverancia, con hockey, con convicción y con confianza". Esta última fue una de las claves de este equipo campeón. Porque el cuerpo técnico decidió hacer ese "pacto" y evitar reglas, para que ellas se sintieran cómodas y pudieran dar todo adentro de la cancha. "Hicimos una charla previa al Mundial, porque había que saber manejar a la prensa, a la familia y a la gente. Tuvimos una charla en la ultima concentración acá en el restaurant del hotel, en el primer piso, para preguntarles "¿cómo nos vamos a manejar?". Y nos fuimos de acá con un pacto pero cuando volvimos igual cambiamos cosas, porque si a ellas les hacía bien, por ejemplo, hablar antes del partido con un familiar cómo no las vamos a dejar. Entonces, pese a ese pacto inicial, cambiamos las cosas, como dejar el celular prendido hasta el vestuario, para ir acomodándose al sentido común, para que disfruten y dejen la vida en cada pelota", repasa Retegui, en un recuerdo de lo que implicó todo el tiempo que pasó hasta que se llegó a este título.
No hay comentarios:
Publicar un comentario